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miércoles, 17 de agosto de 2011

¿Que es la Neumonología Pediátrica?


NEUMONOLOGIA PEDIATRICA

Esta rama de la pediatría no constituye en sí misma una especialidad encargada de los padecimientos respiratorios pediátricos, dado que es imposible pensar en el aparato respiratorio como un único componente del cuerpo humano, hace falta integrar al conocimiento pediátrico completo un abordaje de la función respiratoria. Dicha función es primordial en el mantenimiento de la salud, su falla es causa de enfermedad sistémica y casi la totalidad de las patologías tiene repercución sobre algún o todos los componentes del sistema respiratorio.

Muchas son las causas que se han identificado en distintas enfermedades, sin embargo en la era de la biología molecular y terapias génicas...otras tantas permanecen con el rótulo de “idiopáticas”, un factor fundamental incide en el aumento sostenido de los padecimientos respiratorios a nivel mundial...podremos vivir en algunos años en el planeta marte...pero no sabemos hasta cuando podemos vivir en la tierra. La contaminación ambiental mundial a tornado al ser humano en causa y víctima de la misma.

La intención de esta revisión es describir con incapié los aspectos anatómicos, y espero con tiempo
desarrollar fisiopatológicos de la medicina respiratoria pediátrica. FGM



sábado, 19 de marzo de 2011

BRONCOESPASMOS EN LA INFANCIA


BRONCOESPASMOS EN LA INFANCIA

            Constituyen un motivo de consulta muy frecuente al pediatra durante los primeros años de vida. Habitualmente los padres refieren que su hijo presenta un “chillido” o  “un gatito en el pecho”; si además los padres padecieron dichos síntomas o consultaron en reiteradas oportunidades por lo mismo, suelen decir  que “se le ha cerrado el pechito o directamente que su hijo tiene un  broncoespasmo”.

Si bien estos síntomas son conocidos desde épocas remotas, recién en las últimas décadas se han aclarado parcialmente los causas que los provocan, y aún queda mucho por dilucidar.  A la luz de múltiples estudios científicos realizados en distintas partes del mudo, la principal causa está vinculada a nuestros hoy cada vez más conocidos genes ; es así como muchas familias comparten síntomas similares al de sus niños  ; otras investigaciones que se llevan aún a cabo en Tucson desde los años 80 y 90 demostraron que muchos niños que “mejoran con la edad”  tienen  un diámetro de la vía aérea más pequeña que el resto de los niños a quienes no “se les cierra el pecho”, junto con otros factores tales como el hábito de fumar (activo o pasivo) de la madre del niño y antecedentes hereditarios de atopía (que es la predisposición familiar a padecimientos alérgicos, tales como rinitis o dermatitis atópicas). Todos estos factores determinan la presencia a nivel bronquial de fenómenos de inflamación y “sensibilidad” que predispone al niño, frente a determinados estímulos, a sufrir una obstrucción bronquial: “espasmo de los conductos que llevan y sacan el aire de los pulmones”. Estos estímulos por lo general son bien conocidos por los padres tales como cambios climáticos, ejercicio físico, infecciones virales, polvillo, etc. ; otras veces estos desencadenantes no son tan específicos y deben ser evaluados en conjunto con el pediatra.

Se sabe que la principal causa de broncoespasmos durante los primeros años de vida son las infecciones virales clásicas de determinadas edades y épocas del año tales como, catarros, resfríos, otitis, anginas, etc; mucho más comunes en épocas frías (otoño – invierno).

Los síntomas habituales de estos eventos de broncoespasmos son la presencia de tos que suele ser seca al comienzo y luego algo más “floja”, agitación (esfuerzo para respirar), chillidos o silbidos respiratorios, irritabilidad o decaimiento, y en casos más severos crisis de tos incontrolable, cambios de color o alteración del estado de la conciencia. A menudo los síntomas empeoran durante la noche y en casa nadie duerme muy bien.

Cuando los niños juegan o durante el ejercicio muchos comienzan con tos, cansancio y agitación, algunos manifiestan que les “falta el aire”.

Si bien son muchas las enfermedades que pueden provocar chillidos respiratorios, las preguntas que hará el médico serán suficiente para arribar a un correcto diagnóstico y según su evaluación se solicitarán estudios complementarios que permitan confirmar dicha aproximación diagnóstica. La entidades más comunes son las infecciones respiratorias recurrentes y el asma bronquial, las demás causas como secuelas de infecciones respiratorias, reflujo gastro-esofágico, displasia broncopulmonar (clásica en niños prematuros y que debieron ser internados en neonatología por “pulmones inmaduros”) son menos frecuentes y deben ser cuidadosamente evaluadas por el pediatra.

Los padres suelen “temer” que alguien les diga que su hijo padece de asma , ésta es una enfermedad que se diagnostica clínicamente por los episodios de broncoespasmos descriptos y su tratamiento actual permite al paciente llevar una vida totalmente normal pudiendo realizar actividades propias de la edad. Quienes practican deportes también pueden disfrutar y competir sin desventajas frente a sus competidores. La medicación suele hacerse por vía inhalatoria (nebulizaciones o puff de “aerosoles”) o por vía oral que indicada y realizada correctamente ha demostrado ser muy eficaz y carente de efectos adversos importantes que deban preocupar al niño o  a sus padres ; este tratamiento supervisado por su médico permitirá al niño y a la familia disfrutar de una vida plena.

lunes, 14 de marzo de 2011

Displasia BroncoPulmonar


DISPLASIA BRONCOPULMONAR
Nota de pronta publicación en la Revista Nuestra Salud de la Ciudad de Paraná. Marzo/2011
En la actualidad debido a los conocimientos médicos y tecnología disponible la supervivencia de niños prematuros y de muy bajo peso es cada vez más frecuente, ellos corren el riesgo de desarrollar displasia broncopulmonar (DBP), enfermedad se desarrolla como consecuencia de la prematuridad y de la inflamación progresiva de pulmones inmaduros. La mayoría de los casos de DBP afectan a bebés que nacen con 34 semanas de gestación o antes y pesan menos de 2.000 gramos.
"Bronco" se refiere a los bronquios (conductos a través de los cuales llega a los pulmones el oxígeno que respiramos). "Pulmonar" se refiere a los pequeños sacos de aire (alvéolos), donde se produce el intercambio entre oxígeno (O2) y dióxido de carbono. “Displasia" expresa cambios anómalos en la estructura y organización de un grupo de célula que afectan a los bronquíolos (las vías respiratorias más pequeñas) y a los alvéolos pulmonares, dificultando la respiración y provocando problemas en la función pulmonar.
En ocasiones la displasia broncopulmonar, junto con otros problemas asociados a la prematurez presentan complicaciones que deben ser debidamente atendidas. El O2 se suministra a través de un tubito insertado en la tráquea del bebé y se administra a presión para que el aire pueda entrar adecuadamente en pulmones que se encuentran rígidos e inmaduros.  La displasia se suele diagnosticar cuando un bebé sigue necesitando que le administren O2 y presentando síntomas respiratorios más allá de los 28 días de vida (o 36 semanas desde su concepción).
No existe tratamiento médico que permita curar inmediatamente la DBP y se tiene como objetivo suplir las necesidades de O2 y ayudar a respirar a los afectados para que puedan crecer y madurar adecuadamente. Los bebés reciben tratamiento de soporte vital en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) hasta que son capaces de respirar sin la ayuda de un respirador.  El tiempo que tiene que pasar en la UCIN puede ser de algunas semanas o meses. Al  alta, el bebé puede requerir medicación, tratamiento respiratorio o incluso administración oxígeno domiciliario.
La mayoría mejoran de forma gradual, algunos muy lentamente, otros no llegan a recuperarse completamente si su enfermedad es muy grave, además les cuesta mucho ganar peso y tienden a perderlo cuando están enfermos. Los pulmones siguen creciendo durante los primeros años de vida, pero pueden tener función pulmonar alterada incluso en edad escolar. Conforme vayan creciendo, se les irá formando nuevo tejido pulmonar sano que asumirá gran parte de la función respiratoria.
Estos bebés suelen ser más proclives a contraer infecciones respiratorias como gripe, bronquiolitis, provocada por el virus sincitial respiratorio (VSR) y la neumonía. Y, cuando contraen una infección, suelen ponerse más enfermos que la mayoría de niños.
Los padres tienen un papel fundamental en el cuidado de un bebé con displasia broncopulmonar. Se debe reducir la exposición del bebé a las infecciones respiratorias. Restringir las visitas de aquellas personas que estén enfermas y, si su hijo tiene que ir a una guardería, elija un centro que sea pequeño donde estará menos expuesto a los agentes infecciosos. Asegurar calendario de vacunaciones completas. Y jamás exponerlo al humo del tabaco, sobre todo en el hogar, ya que es un poderoso irritante respiratorio.
Si  necesita que le administren oxígeno en casa, el equipo de profesionales le enseñará cómo colocarlo y cómo medir sus niveles de oxígeno.
Los niños pueden necesitar broncodilatadores. Pueden administrarse estos medicamentos con una aerocámara que pulveriza el medicamento para que el niño lo pueda inhalar.

Signos de alarma

Cuando su hijo llegue a casa tras recibir el alta hospitalaria, usted deberá estar alerta por si el pequeño presentara algún síntoma de dificultad respiratoria.
Los signos de que un bebé puede requerir cuidados médicos inmediatos incluyen:
·                       respiración más rápida de lo normal
·                       sobreesfuerzo al respirar: agitación, hundimientos costales
·                       cansancio o somnolencia extremos y crecientes debido al sobreesfuerzo respiratorio
·                       tose más de lo habitual
·                       respiración ruidosa
·                       emite un sonido sibilante al respirar (silbidos, chillidos)
·                       color de piel pálido, morado o azulado (suele comenzar en labios o uñas)
·                       dificultades para comer, regurgitaciones excesivas y/o vómitos durante las tomas
Si su hijo presenta cualquiera de estos síntomas, consulte al pediatra inmediatamente o pida atención médica urgente.

martes, 1 de marzo de 2011

GUARDERIA e INFECCIONES RECURRENTES

Los niños que van a la guardería tienen más infecciones durante los primeros años y menos cuando van al colegio

Buñuel Álvarez JC, González Rodríguez MP. Los niños que van a la guardería tienen más infecciones durante los primeros años y menos cuando van al colegio. Evid Pediatr. 2011;7:8

La asistencia a guardería es utilizada por el 20,7% de la población  de España. Estos niños tienen mayor incidencia de infecciones, especialmente otitis media. Hasta la fecha solo existía un estudio que relacionara la asistencia precoz con una menor incidencia de resfriado común en edades posteriores (etapa escolar). La realización de un estudio a largo plazo que valorase la repercusión de la guardería sobre otras infecciones (gastroenteritis, otitis media, Infecciones Respiratorias Febriles) era pertinente.
La medición  principal se realizó mediante encuesta realizada a las madres y no mediante diagnóstico médico realizado en consulta. Por ello, diagnósticos como el de Otitis Media no dejan entrever su gravedad, es decir, si precisaron tratamiento o bien fueron otitis serosas en el curso de una infección respiratoria. En el caso de la Infección Respiratoria Febril, no se estableció diferencia entre infección de vías altas o bajas.  Sorprende, asimismo, que no se haya realizado un análisis diferenciado de exposiciones a guardería más precoces (durante los primeros meses de vida). Por todo ello, los resultados de este estudio han de interpretarse con cautela.
Importancia clínica: en niños que van precozmente a Guarderías, la frecuencia de Infecciones Respiratorias Febriles aumentan un 61% entre los 1,5 y los 2,5 años (sobre una frecuencia media de 0,6 episodios por niño durante tres meses) y disminuye un 21% entre los cinco y los ocho años. Este hecho tendría más importancia si se tratase de infecciones de vías bajas (bronquitis o neumonía), lo que no se describe. En Otitis Media los resultados son similares, con un aumento de la frecuencia del 62% en los primeros años (frecuencia media 0,3 episodios) y una disminución de un 43% en el periodo escolar.
Se ha de tener en cuenta que los niños del grupo de comparación fueron cuidados en su domicilio hasta la entrada en el colegio, por lo que es lógico que su tasa de infecciones durante el primer año de escolarización fuera mayor que la de los que llevaban varios años escolarizados.
Ball y col. encontraron una tendencia similar para el resfriado común. Estos datos sugieren que las diferencias encontradas parecen deberse más a un aumento de infecciones en los primeros meses de escolarización que a un efecto protector achacable a la asistencia precoz a la guardería. Aplicabilidad en la práctica clínica: de este estudio no se debe deducir que la asistencia a guardería “proteja” de futuras infecciones durante la edad escolar, sino que la exposición previa conlleva una menor tasa relativa de infección en edades posteriores en comparación con los que inician la escolarización tardíamente. El inicio precoz de la escolarización se asocia con un aumento de las infecciones, sobre todo en niños que acuden a Guarderías. Si esta se retrasa a la edad escolar, las infecciones aparecerán en este periodo. Las enfermedades descritas son en general autolimitadas, aunque en determinados grupos, como lactantes muy pequeños, con antecedentes de prematuridad o con enfermedades crónicas, podrían tener peores consecuencias, tanto para la salud como en cuanto a los costes económicos directos e indirectos. Por todo ello, la decisión de llevar a un niño a la guardería debe individualizarse en función de los antecedentes del niño, del tipo de cuidados que recibirá en la misma, y de los recursos familiares.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe

miércoles, 26 de enero de 2011

Imagenes por Microscopía Electrónica de barrido

Excelente imagen de 2 alvéolos. Nótese que la superficie está totalmente cubierta por capilares. Las paredes están conformadas por ellos y escaso material intersticial.
Con detenimiento podrá observarse en el ángulo superior derecho un capilar con algunos glóbulos rojos rodeándolo y en el ángulo inferior derecho un capilar por donde sólo podría pasar un glóbulo rojo a la vez. A la derecha de este capilar pueden verse un glóbulo rojo y comparar sus diámetros. Además allí puede verse muy bien el tejido intersiticial.
Ello demuestra que la superficie del alvéolo está totalmente dispuesta al intercambio gaseoso (gas/membrana aleolocapilar/glóbulo rojo)



Infecciones respiratorias en verano - Nota diario El Litoral


Link completo de la nota: www.ellitoral.com/index.php/id_um/59117
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Gripe, bronquitis, rinitis y faringitis 13 -12-2010  

Las infecciones respiratorias también enferman en verano
Es clave no bajar la guardia con las medidas de prevención porque los virus siguen activos y pueden generar catarro, congestión, dolor de garganta y fiebre.
Encuesta:¿Sufriste alguna gripe, bronquitis o faringitis desde el comienzo de la primavera?

Despertarse una calurosa mañana de noviembre con la nariz tapada, la garganta inflamada y tiritando de frío en la cama por la fiebre puede parecer raro, pero no es una locura. Los médicos advierten que el 25% de las infecciones respiratorias se producen entre septiembre y marzo, aunque en la ciudad el termómetro marque más de 40 ºC y todo el mundo ande en ojotas y en malla.
Son lo que la gente conoce como “las gripes del verano”. En realidad son casos de rinitis, faringitis, laringitis, enfermedad tipo influenza (gripe), bronquitis, bronquiolitis y neumonía. “Es importante no relajarse y mantener las medidas de prevención porque los virus de la gripe y otras afecciones respiratorias siguen activos y pueden generar infecciones”, explica a El Litoral el pediatra neumonólogo Fernando Meneghetti, de la Unidad de Medicina Respiratoria del Hospital de Niños de Santa Fe. En los hospitales de todo el mundo, las infecciones respiratorias agudas son la causa más frecuente de consulta al pediatra y sobre todo se desarrollan en el otoño y el invierno. “Los virus respiratorios más comunes son rinovirus, sincicial respiratorio, influenza (o virus de la gripe) y parainfluenza”, precisa el Dr. Meneghetti.
Hay que tener en cuenta que como son enfermedades producidas por virus, los antibióticos no son eficaces. Por eso, las medidas de prevención (ver “para no engriparse”) son claves. Una vez que se desarrolla el proceso infeccioso, lo que hacen los médicos es aliviar los síntomas hasta que el ciclo del virus termina (con antifebriles, descongestivos, nebulizaciones, etc.) y el paciente mejora. En las personas fumadoras, los cuadros gripales y las infecciones respiratorias suelen ser más severas. “Lo que sucede es que los mecanismos de respuesta del paciente ante la enfermedad son más débiles”, aclara el pediatra del Hospital de Niños. Los fumadores pasivos también corren con esta desventaja. En el caso de los niños es muy importante que no estén en ambientes viciados por el tabaco porque sus pulmones están en crecimiento.
Las más vulnerables
Los chicos más pequeños son los que corren los mayores riesgos. Sobre todo cuando hay antecedentes de enfermedades asociadas como bajo peso, prematurez, problemas cardíacos y afecciones respiratorias previas.
Cuando las familias son muy numerosas o los niños asisten a guarderías, jardines o escuelas, las posibilidades de enfermar son mayores.
Los padres se angustian mucho cuando sus hijos repiten cuadros de gripe o alguna otra infección respiratoria. Se preocupan y tienen miedo de que las defensas de sus niños estén bajas o que la causa sea una enfermedad más grave.
“Deben saber que los chicos sanos pueden presentar durante el año entre 5 y 10 episodios de virosis sin dejar de ser totalmente normales, además cada uno de esos procesos va dejando inmunidad (defensas) que protegerán al cuerpo de futuras infecciones provocadas por los mismos virus”, asegura Meneghetti, que además es integrante del Comité de Neumonología de la Sociedad Argentina de Pediatría.
De todas formas, siempre es el pediatra quien debe evaluar al niño y según su estado solicitar exámenes complementarios, como radiografías, análisis u otros estudios que ayuden al diagnóstico o tratamiento de la enfermedad.
En todos los casos resulta muy valioso conocer los antecedentes familiares del niño, si hay padres o hermanos con síntomas previos o similares, asmáticos, bronquíticos, neumonías y tuberculosis, entre otras afecciones.




 

sábado, 22 de enero de 2011

Falsas imágenes pulmonares

Niña 9 años con diagnóstico de Asma Leve, consulta a una guardia médica por presentar crisis asmática leve que revierte con salbutamol inhalado y corticoesteroides orales. Se realiza una radiografía cuyo informe detalla imágenes lesionales compatibles con IRAB, secuelares o de metástasis.
En la evaluación detenida de la radiografía se observa la forma de estas imágenes nodulares (redondeadas, algunas con centros radiolúcidos) y la distribución simétrica de las mismas, además puede observarse algunas de ellas por fuera de los campos pulmonares y una de ellas por encima de la silueta anatómica de la niña.
En próxima imagen se destacan con círculos y líneas la forma y distribución de estos "nódulos"
Por último se destaca una imagen difícil de describir por su forma pero que no guarda ninguna relación con estructuras anatómicas o patológicas pulmonares conocidas
Se solicitan datos del momento en que se realizó la radiografía y se destaca que no se le había pedido que se sacara la remera, con lo cual se confirma que estas imagenes son compatibles con mostacillas (Cuentecillas agujereadas que se usan para adornar prendas).


Se le solicitó a la familia hiciera llegar fotos de la prenda en cuestión:
Conclusiones:
1- Se debe correlacionar siempre la sintomatología con los estudios clínicos solicitados
2- Los informes de los estudios deben realizarse conociendo los antecedentes del paciente en cuestión
3- La utilidad de la radiografía en una crisis asmática es discutible y atrasa el tratamiento, solo debiera realizarse cuando se sospechen complicaciones (atelectasias, neumonía, enfisema celular subcutáneo, neumotórax, etc)
4- Cuando se realizan los estudios correspondientes, se deben seguir las normas pertinentes (en este caso no deben hacerse radiografías con prendas colocadas)
5- Cuando las imágenes no guarden relación con descripciones bibliográficas o estructuras anatomopatológicas se deben analizar exhaustivamente antes de arribar a conclusiones erróneas

sábado, 1 de enero de 2011

Prevención de Enfermedades Respiratorias Nota Diario Uno 21-05-2006

La ministra de Salud, Silvia Simoncini, lanzó para toda la provincia la Campaña Invernal 2006 destinada a prevenir Enfermedades Respiratorias Agudas (IRA) en el Centro de Salud Cáritas de Rosario.

Las IRA son la primera causa de consulta por enfermedad en niños menores de 5 años en todo el mundo y, ahora, con la llegada del frío, aumenta de manera considerable su prevalencia en menores de cinco años causadas por diversos virus en el 70 por ciento de los casos, según los registros del hospital Alassia.

Las bronquiolitis, bronquitis y neumonías forman parte de ese grupo de enfermedades “y los signos que deben motivar a la consulta son: respiración rápida, dificultad para respirar, tos, fiebre, problemas para alimentarse y dormir o somnolencia excesiva”, explicaron el neumonólogo pediatra Fernando Meneghetti y Raquel Cociglio, médica coordinadora del Servicio de Internación, ambos pertenecientes a ese centro de salud, en diálogo con Diario UNO.

En Santa Fe, las IRA en niños constituyen la principal causa de internación pediátrica y ocasionan gran número de consultas médicas, tanto en atención primaria como en los servicios de urgencias hospitalarias.

“En una revisión que se realizó en el Hospital de Niños en los meses de máxima incidencia en 2005 (julio, agosto y septiembre) significaron hasta un 70 por ciento de los egresos de los servicios de internación. En 2004 –referencia que nos llega gracias al doctor Candioti– los egresos de internación por bronquiolitis fueron 568 casos y por neumonía 926 casos”, precisaron los profesionales.

Otras situaciones
Hay otras infecciones respiratorias agudas bajas y los síndromes más frecuentes corresponden a laringuitis, traqueobronquitis, bronquiolitis y neumonías.

“Los factores de riesgo para que los chicos padezcan infecciones respiratorias son la vacunación incompleta; cuando son prematuros y con bajo peso al nacer; cuando no reciben la lactancia materna o tienen problemas de desnutrición. También viviendo en situaciones de hacinamiento o en la época invernal... o frente a la contaminación ambiental o domiciliaria (humo de cigarrillo), entre otros”, enumeraron Meneghetti y Cociglio.

De allí que los padres o el contexto familiar de los niños tienen que evitar la exposición de ellos a factores de riesgo. Las IRA se agravan frente a la presencia de otros factores como cuando se trata de menores de tres meses; o cuando los niños padecen inmunodeficiencias, cardiopatías congénitas o enfermedades pulmonares crónicas.

Las sugerencias
“La Sociedad Argentina de Pediatría recomienda a los padres la consulta precoz, la lactancia materna, la vacunación completa, la eliminación de contaminantes domiciliarios y el control periódico de salud”, agregaron los profesionales.

Por su parte, el Ministerio de Salud hizo las siguientes recomendaciones a los padres y la familia: “Realizar los controles adecuados de crecimiento y desarrollo del niño; colocar las vacunas correspondientes a la edad; propiciar la lactancia materna exclusiva los seis primeros meses de vida y luego complementar la leche materna con alimentación adecuada y oportuna.

“Mantener el ambiente donde se encuentran los niños sin humo de cigarrillo, braseros o estufas a leña; evitar el contacto de los niños con personas enfermas (gripe, resfrío, tos); mantener la casa bien ventilada; lavado de manos frecuente durante los cuidados del niño pequeño (alimentación, cambiado)”, entre otros